Un conflicto en el ambiente laboral es cualquier tipo de problema que surge dentro de un entorno profesional y está estrictamente relacionado con directrices laborales. Por esta razón, es importante no confundirlo con lo que puede ser una reacción personal o temperamental. Sigue estos pasos para resolver un conflicto.
Disponer de habilidades que capaciten a tus colaboradores para la resolución de conflictos laborales será de gran ayuda. De esta manera, podrán trabajar en equipo de una forma más eficiente, pues serán capaces de encontrar soluciones rápidas a los problemas.
Sin embargo, crear equipos comprometidos en los que no surjan problemas es complicado. El clima laboral en México es un foco rojo, ya que se reporta una insatisfacción del 88% de los empleados, de acuerdo con estadísticas del INEGI.
Mientras que, las nuevas generaciones están teniendo una respuesta positiva sobre los cambios que se han realizado en los últimos años sobre el clima laboral. Una encuesta realizada en 2018 mostró una satisfacción del 46% en empleados que se encuentran entre las generaciones millenial y centennial.
Pasos para resolver un conflicto
En muchas ocasiones una pequeña diferencia de opinión o un simple malentendido se convirtió en un gran conflicto o en una enemistad ya muy difícil de reparar.
Por lo tanto, es importante que puedas seguir estos pasos para resolver un conflicto. Toma en cuenta que no se trata de evadirlos, sino de frenarlos a tiempo.
Contrarresta tu vulnerabilidad
Ser vulnerable implica fragilidad, una situación de amenaza o posibilidad de sufrir daño. Por tanto, implica ser susceptible de recibir o padecer algo malo o doloroso, como una enfermedad, y también tener la posibilidad de ser herido física o emocionalmente.
La vulnerabilidad también puede entenderse como poder ser persuadido o tentado, poder ser receptor, ser traspasable, no ser invencible, no tener absoluto control de la situación, no estar en una posición de poder, o al menos tener la posibilidad de que dicho poder se vea debilitado.
Generalmente ante una diferencia de opinión o en un malentendido nos sentimos amenazados de alguna manera. Entonces, lo que hacemos primero es asumir que la otra parte tiene malas intenciones y vemos vulneradas nuestra identidad, nuestra imagen, nuestra integridad, ¿y qué hacemos? Levantamos barreras para protegernos.
Pero, ¿qué tal si cambiamos el chip? Y entonces pensamos ¿qué es lo que la otra persona también puede estar temiendo? ¿Cuál será su miedo? ¿Cuál será su inquietud? Y también, ¿cuál es el mío?
De esta manera, lo que vamos a hacer es entender desde otra perspectiva la situación. En consecuencia, las barreras se bajan y a nosotros nos va a permitir comunicarnos más eficientemente y enfocarnos en la solución.
Este es uno de los pasos para resolver un conflicto y nos permite dejar de preocuparnos excesivamente en cómo me defiendo. E impide que la otra persona también siga levantando sus barreras, con lo que no se logra aclarar la situación jamás.
Prioriza la relación ante todo lo demás
Todas las personas tenemos el derecho de expresar nuestros pensamientos o ideas y permitir a su vez que los otros lo hagan.
En ocasiones es necesario saber decir que “no” sin ser sometidos a manipulaciones ajenas, al igual que en otras debemos saber encajar un “no” del otro. Debemos perder el miedo a comunicarnos con los demás.
Sin embargo, en ocasiones no logramos comunicarnos de forma asertiva con los demás y solo defendemos nuestro punto de vista a toda costa. Y lo que hay que cambiar es tratar de defender la relación.
El segundo de los pasos para resolver un conflicto es hacer un balance y reflexionar: ¿qué es más importante defender?. ¿Cuáles serían tus pérdidas y tus ganancias al destruir esta relación por no poder llegar a un acuerdo y por no poder frenar un conflicto a tiempo?.
Generalmente, te darás cuenta que más allá de defender tu punto hay que defender la relación. Vale la pena tener conexión con otras personas siempre y cuando sepamos manejarlas bien.
Lo más importante es entender que en una relación siempre habrá diferentes puntos de vista y esto no está mal, al contrario, te va a enriquecer.
No se trata solo de defender tu punto de vista, sino de entender el de los demás. De esta manera lograr tener una perspectiva mucho más amplia de la situación y del conflicto.
Aprende a manejar tu frustración
La frustración es una reacción que aparece cuando no conseguimos algo que deseamos o cuando no se cumplen nuestras expectativas.
Esa frustración además conlleva una segunda reacción emocional que puede asociarse a la ansiedad, a la tristeza o a la ira.
Una persona que tiene baja tolerancia a la frustración suele tener reacciones emocionales muy intensas en respuesta a situaciones en las que no se consigue lo que se espera o desea. Del mismo modo, tiene poca habilidad para resolver conflictos y tomar decisiones.
Por ello, el tercero de los pasos para resolver un conflicto es evitar engancharse en el conflicto.
En este punto, lo importante es imaginar que puedes observar la situación que provoca el conflicto desde un nivel más elevado, más como un espectador que como un involucrado.
Esta práctica te permitirá entender las diferentes inquietudes y perspectivas de los involucrados y así te dará mucho mayor objetividad en tus decisiones y en tus acciones.
También trata de poner el conflicto desde una perspectiva del tiempo. Sí, en el presente te molesta muchísimo esta situación, pero, ¿cómo lo verías dentro de cinco o diez años?. ¿Realmente vale la pena invertir tanta energía negativa en esta situación?. ¿Cuáles serán mis ganancias?. ¿Cuáles serán mis pérdidas?. Y, ¿cuáles están siendo ya estas ganancias y pérdidas en este momento?.
Se trata de bajar toda esta energía de enojo, de revancha, de coraje, de soberbia, de “yo tengo que tener la razón”. Para realmente lograr resolver la situación en beneficio de todos los involucrados.
Te puede interesar: Feedback: qué es y cómo le ayuda a tu equipo de trabajo
Enfrenta las diferencias y soluciona
Recuerda que evadir no es resolver. Por lo tanto, hay que enfrentar las situaciones y las diferencias de opinión. Considera que el miedo, así como el presuponer que la otra persona tiene una mala intención, o incluso, la soberbia de querer ganar un punto; generalmente distorsionan la forma en que estamos mirando la realidad.
Poner en práctica estos pasos para resolver un conflicto te permitirán enfocarte en cuál es el conflicto y obtener una mejor solución para todas las partes involucradas.
Reflexiona, practica. Con el tiempo lograrás evitar que cada diferencia de opinión se convierta en una enemistad o en un conflicto muy difícil de resolver.
En WORTEV podemos ayudarte más con estas herramientas de Capital Humano para fortalecerte como líder y mejorar a tu equipo de colaboradores.