Gruma, el gigante detrás de marcas populares como Maseca, Mission y Guerrero, ha llamado la atención de la Comisión Federal de Competencia Económica (Cofece) por su influencia en el mercado de la harina de maíz en México.
Tras una investigación que inició en noviembre de 2022, la Cofece concluyó que Gruma, una de las mayores productoras de harina y tortillas de maíz a nivel mundial, ha monopolizado gran parte de este mercado, lo cual afecta tanto a los industriales de la tortilla como a los consumidores.
Este hallazgo ha llevado al organismo regulador a proponer medidas correctivas que podrían transformar de manera significativa el panorama de precios y competencia en este sector, esencial para la economía y la alimentación de millones de mexicanos.
El monopolio de Gruma y su impacto en los precios
Gruma controla entre el 50% y el 90% del mercado de harina de maíz en distintas regiones geográficas, lo que le permite establecer precios por encima de sus competidores. Según la Cofece, Gruma ha llegado a vender su harina de maíz hasta un 10% más cara que otros productores, lo que afecta directamente a microempresarios que dependen de este insumo para producir masa y tortillas.
Al tener un dominio tan amplio, Gruma eleva los costos de producción de los pequeños negocios, repercutiendo también en el precio final de la tortilla, uno de los productos más importantes de la canasta básica.
Este poder ha generado una “estructura altamente concentrada”, según la Cofece, que limita la competencia y crea barreras para que otros actores puedan entrar y competir en igualdad de condiciones en el mercado.
Gruma es, en promedio, cuatro veces más grande que sus competidores, y en algunas regiones llega a ser hasta nueve veces mayor. Esta asimetría en la capacidad de producción y comercialización distorsiona el mercado, lo que ha motivado a la Cofece a tomar medidas.
Medidas correctivas para equilibrar el mercado
Para reducir la concentración de poder de Gruma, la Cofece ha propuesto que la empresa desinvierta en cinco de sus plantas de producción de harina de maíz, ubicadas en Veracruz, Tamaulipas, Sinaloa, Guanajuato y el Estado de México. Esta medida tiene como objetivo reducir el dominio en el mercado y permitir que otras compañías puedan competir en condiciones más justas.
Se estima que con la reducción en la capacidad de producción de Gruma, se genere un ahorro estimado de hasta 1,300 millones de pesos anuales para los industriales de la tortilla, a las micro, pequeñas y medianas empresas, y a los consumidores.
Además, la Cofece ha ordenado a Gruma eliminar prácticas comerciales que fortalecen su monopolio, como los compromisos de compra mínima y exclusiva, y la vinculación del pago de deudas con la adquisición de harina de maíz. Pues estas prácticas limitan aún más las opciones de los pequeños empresarios, consolidando el control de Gruma sobre el mercado y afectando la libre elección de proveedores.
¿Un futuro más competitivo para los microempresarios?
La industria de la tortilla en México, compuesta en su mayoría por pequeños negocios, ha enfrentado serias dificultades por los precios que impone Gruma debido a su dominio en el mercado. Esta situación afecta a empresarios y al consumidor final, quien se ve obligado a pagar precios más altos por un producto esencial.
Aunque Gruma ha colaborado con la investigación y ha mostrado disposición para cumplir con las órdenes de la Cofece, la empresa tiene 45 días para presentar pruebas en su defensa. Durante este periodo, se evaluará si la desinversión propuesta es la mejor alternativa o si existen otras opciones que puedan abrir en el mercado.
Si se implementan estas medidas, la desinversión de Gruma podría marcar un antes y un después en los precios de la tortilla en México. Con una mayor competencia, los pequeños empresarios podrían reducir sus costos de producción y los consumidores tendrían acceso a precios más bajos. ¿Qué opinas de estas medidas? ¿Crees que sea el primer paso para que se abran investigaciones similares en otras industrias?
Con información de: El economista y W Radio