La automotriz china BYD canceló su proyecto para construir una planta de manufactura en México, debido al riesgo de enfrentar aranceles comerciales de Donald Trump. La empresa, una de las mayores fabricantes de vehículos eléctricos del mundo, tenía contemplada una inversión de varios cientos de millones de dólares y la creación de miles de empleos como parte de su estrategia para acercarse al mercado norteamericano a través del nearshoring.
La decisión se tomó tras declaraciones del presidente republicano Donald Trump, quien prometió imponer aranceles de hasta 100% a los autos eléctricos de origen chino, incluso si son ensamblados fuera de China, como en México. Según sus palabras, cualquier empresa con capital chino que opere en América del Norte sería considerada “producto chino” a efectos comerciales.
Riesgo geopolítico frena expansión
El caso de BYD refleja los efectos directos que la incertidumbre política y comercial en EE. UU. puede tener sobre la inversión extranjera en México. A pesar de las ventajas logísticas y de costos del país, las tensiones entre Washington y Beijing alteran los flujos de capital global.
Fuentes cercanas al proyecto confirmaron que BYD evalúa otras ubicaciones en América Latina y Europa, donde percibe menor exposición al entorno político estadounidense.
¿Qué implica para México?
Especialistas advierten que la cancelación de BYD podría tener un efecto dominó en otras empresas asiáticas con planes de inversión en México. Aunque el país ha ganado protagonismo en la reconfiguración de las cadenas de suministro globales, este caso expone una debilidad: la dependencia estructural del mercado estadounidense.
Impactos potenciales:
- Pérdida de confianza para futuros inversionistas asiáticos.
- Menor diversificación del portafolio automotriz en el país.
- Necesidad de revisar las condiciones de protección a la inversión ante riesgos geoeconómicos.
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Reacciones del sector
Hasta el momento, BYD no ha emitido un comunicado oficial sobre las ubicaciones alternativas que está considerando. Sin embargo, la noticia ha generado preocupación entre autoridades locales que veían en el proyecto una oportunidad para fortalecer el ecosistema automotriz y atraer innovación tecnológica en movilidad eléctrica.
Contexto: entre el T-MEC y la presión política
Desde 2022, varias firmas chinas han buscado establecer plantas en México como vía de acceso al mercado estadounidense sin enfrentar los altos aranceles que impone Washington. No obstante, la postura de Trump—quien ha calificado al T-MEC como “demasiado permisivo”—podría poner en riesgo esa estrategia.
Para México, el reto no solo es mantener su atractivo como destino manufacturero, sino también garantizar estabilidad jurídica y diplomática frente a cambios políticos en sus principales socios comerciales.
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Con información de: El Economista, Reuters