La reciente decisión del gobierno estadounidense de imponer un arancel al jitomate mexicano ha encendido las alertas en ambos lados de la frontera. La medida, anunciada como parte de una serie de acciones comerciales unilaterales promovidas por Donald Trump, busca supuestamente proteger al productor estadounidense ante lo que consideran prácticas desleales de comercio.
Sheinbaum rechaza medida unilateral y exige respeto al T-MEC
La presidenta de México, Claudia Sheinbaum, calificó el arancel como injusto, unilateral y carente de sustento técnico o legal. Desde Palacio Nacional, reiteró que el jitomate mexicano cumple con todos los estándares de calidad, inocuidad y trazabilidad internacional.
“México no acepta medidas que dañen nuestra economía sin una base real. Defenderemos nuestros productos y nuestra soberanía”, declaró la mandataria.
Sheinbaum agregó que su administración recurrirá al diálogo bilateral, pero que también está lista para activar el mecanismo de solución de controversias del T-MEC, si la medida entra en vigor como se tiene previsto el 1 de agosto de 2025.
Impacto económico y social del jitomate mexicano
Un pilar de las exportaciones agroalimentarias
El jitomate es uno de los productos más relevantes en la balanza agroalimentaria de México. Representa más del 20 % del valor total de las exportaciones agrícolas hacia EE. UU., con ingresos superiores a los 2,500 millones de dólares anuales.
Empleo y desarrollo regional en juego
Más allá del comercio, el jitomate genera millones de empleos directos e indirectos en estados como Sinaloa, Sonora, Michoacán y Zacatecas. Las afectaciones por el arancel serían profundas, no solo para los productores, sino también para las comunidades que dependen de esta actividad.
EE. UU. también saldría afectado
La Secretaría de Economía advirtió que el arancel tendrá efectos negativos para el propio consumidor estadounidense, al provocar escasez y elevar los precios de un alimento básico.
Organizaciones agrícolas mexicanas y analistas coinciden en que esta medida tiene una carga más política que económica, y alertan que podría escalar en una guerra comercial que afecte a otras industrias, como la automotriz y la acerera.
México defiende el comercio justo y la integración regional
México ha insistido en que su política exterior estará basada en la defensa del interés nacional, el respeto a los tratados firmados y una apuesta por la integración económica de América del Norte.
La administración Sheinbaum subraya que el país no busca confrontación, pero no dudará en responder con firmeza, ya sea por la vía diplomática o jurídica, para proteger a sus productores.
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Con información de: El Economista, BBC Mundo