Las marcas se despiden de sus personajes. “Adiós, Pancho Pantera”, escriben los usuarios en las publicaciones de Choco Milk®. La gente se despide del osito Bimbo, del conejo de Trix y de muchos otros, ¿por qué?
La Secretaría de Salud, después de varios meses de trabajo y a petición de ciertas organizaciones, lanzó la NOM 051. Esta normativa pretende establecer el correcto etiquetado de los productos alimenticios que consumimos, especialmente los azucarados. Su objetivo principal es reducir el consumo de azúcar y de grasas no saludables en la población. Recordemos que México es el país número uno en casos de diabetes.
Esta normativa, además de establecer cosas como la manera de realizar las tablas nutrimentales, habla de las mascotas de varios productos y personajes de las marcas más representativos. En pocas palabras, plantea que no deberá aparecer ningún personaje animado en los empaques con una o más advertencias de alto contenido de azúcares, sales y grasas. Esto, para no incentivar su consumo en la población infantil.
El principal argumento es que si los personajes de caricaturas, estrellas de cine y del deporte dejan de estar en la portada de los productos, estos dejarán de ser atractivas para los niños. Esto no se ha comprobado, así que esperaremos las cifras para corroborar que la acción tiene razón de ser.
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¿Qué repercusiones tendrá despedir a los personajes para las marcas?
De momento, ninguna marca ha declarado nada al respecto. Esto podría ser porque la normativa habla de quitar a las mascotas de los empaques paulatinamente. Así, las marcas pueden seguir con mascotas hasta abril de 2021 (fecha límite establecida).
Lo que ha quedado incierto es si deben desaparecer de la comunicación (anuncios de televisión, redes sociales, etc.) de los productos. La lógica detrás de la normativa es que sin personajes infantiles, bajará el interés de los niños por consumir los productos.
Consideremos que las mascotas son los amigos de los consumidores. Ha habido campañas increíbles basadas en esto. Están las aventuras del Tío Sam y sus sobrinos; el “recuérdame” del Gansito Marinela, y cómo olvidar a Chester Cheetos en busca del arriesgado sabor a queso.
Con todos estos anuncios, los niños hallaban un acompañante para sus aventuras, siempre gracias al sabor del producto en cuestión. La fidelidad de muchas marcas se debe al enlace emocional que se genera a través de los personajes.
Por otro lado, la norma también habla de quitar incentivos como juguetes, sean físicos o digitales (sí, esto aplica para descargas), porque también se considera que incentivan el consumo en exceso. Con estas limitaciones, las marcas tendrán que reinventarse e innovar para poder promocionar sus productos sin romper esta normativa. Aunque, para muchos, el problema no es el etiquetado, sino los productos en sí.
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