El Gobierno de México anunció una medida de gran calado para la industria zapatera nacional: la suspensión de las importaciones temporales de calzado terminado provenientes de países sin tratado de libre comercio, como China y Vietnam. El decreto, publicado en el Diario Oficial de la Federación el pasado 28 de agosto, fue dado a conocer durante un evento en Guanajuato, corazón de la producción nacional de zapatos, y busca detener la competencia desleal que ha golpeado con fuerza a los fabricantes locales.
La decisión llega en un momento crítico para el sector, que ha visto cómo la entrada masiva de calzado extranjero —a menudo de bajo costo y beneficiado por lagunas legales— ha desplomado la producción nacional y provocado la pérdida de miles de empleos.
¿Qué es el programa IMMEX?
El Programa de la Industria Manufacturera, Maquiladora y de Servicios de Exportación (IMMEX) fue creado en 2006 con el objetivo de fortalecer la competitividad de México en cadenas globales de valor. Bajo este esquema, las empresas pueden importar insumos, materias primas o productos de manera temporal sin pagar aranceles ni IVA, siempre que dichos bienes se utilicen en procesos productivos y sean posteriormente exportados.
Sin embargo, en los últimos años, algunas compañías aprovecharon el programa para importar calzado terminado desde Asia (especialmente de China) y venderlo directamente en el mercado nacional. Esta práctica se convirtió en un atajo fiscal que dejó en desventaja a los productores mexicanos, que sí debían enfrentar los costos de impuestos y aranceles.
El anuncio en Guanajuato: un mensaje político y económico
La noticia se dio en León, Guanajuato, durante la feria SAPICA, el principal escaparate de la industria del calzado en América Latina. La presidenta Claudia Sheinbaum, acompañada por el secretario de Economía, Marcelo Ebrard, y representantes del sector, hizo pública la medida como un respaldo directo a las y los zapateros mexicanos.
Guanajuato concentra más del 70 % de la producción nacional de calzado y ha sido una de las regiones más afectadas por el crecimiento de las importaciones temporales. De acuerdo con cifras de la Cámara de la Industria del Calzado del Estado de Guanajuato (CICEG), entre 2022 y 2024 las importaciones pasaron de 3.7 millones de pares a más de 40 millones, mientras que en el mismo periodo se perdieron cerca de 11,000 empleos formales en el sector.
Implicaciones para el sector en México
La suspensión de importaciones temporales bajo el IMMEX y la aplicación de aranceles de hasta 25 % a las importaciones definitivas provenientes de países sin TLC tienen múltiples implicaciones:
- Protección al empleo: se espera recuperar puestos de trabajo en Guanajuato, Jalisco, Estado de México y Ciudad de México.
- Competencia más justa: al eliminar el “atajo” fiscal de las importaciones temporales, los fabricantes nacionales competirán en mejores condiciones.
- Reactivación productiva: la medida incentiva la producción interna, la inversión en talleres y fábricas, y la recuperación del mercado nacional.
- Posible impacto en precios: en el corto plazo, el consumidor podría enfrentar un incremento en los precios, ya que los zapatos importados tendrán costos más altos por aranceles.
Los líderes del sector zapatero celebraron la medida, calificándola como un salvavidas frente al dumping asiático, y advirtieron que será fundamental reforzar la vigilancia para evitar el contrabando y la subvaluación de mercancías en aduanas.
Impacto internacional y riesgos comerciales
La medida no solo tiene efectos internos. A nivel internacional, podría abrir tensiones comerciales. China es uno de los principales exportadores de calzado del mundo, y este tipo de restricciones pueden derivar en reclamos ante la Organización Mundial del Comercio (OMC) o en represalias comerciales.
Además, el decreto llega en un contexto clave: la revisión del Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC) prevista para 2026. México busca enviar un mensaje claro de que está dispuesto a proteger sectores estratégicos frente a prácticas desleales, pero al mismo tiempo debe cuidar que estas decisiones no comprometan su reputación como socio confiable en el comercio internacional.
Analistas señalan que, aunque la medida puede elevar tensiones con China, también fortalece la posición de México como un país que apuesta por la producción nacional y la diversificación de sus cadenas de valor.
Una medida con costo y oportunidad
El impacto de esta política será doble. Por un lado, el consumidor final podría enfrentar aumentos en el corto plazo, pues las marcas que dependían de importaciones baratas ajustarán sus precios. Esto incluye productos populares vendidos en plataformas como Shein o AliExpress, cuyas ventas de calzado en México quedarán limitadas.
Por otro lado, la industria mexicana del calzado tiene ahora la oportunidad de recuperar el mercado interno, mejorar sus estándares de calidad, innovar en diseño y fortalecer su posicionamiento como un sector competitivo no solo en México, sino en toda América Latina.
La oportunidad de recuperar el mercado interno
La suspensión de importaciones temporales de calzado bajo el IMMEX y la imposición de aranceles a los productos chinos y vietnamitas representan una de las medidas más contundentes de los últimos años para proteger a la industria zapatera mexicana.
Con este decreto, el gobierno busca blindar el empleo, reactivar la producción y recuperar la confianza del sector, aun cuando el costo inmediato pueda ser un alza en los precios. En paralelo, México envía una señal al mundo: su política comercial no será neutral frente a prácticas que dañen a su industria, especialmente en vísperas de la revisión del T-MEC.
El reto ahora será que las medidas se acompañen de innovación, financiamiento y fortalecimiento de las cadenas productivas para que la industria zapatera nacional aproveche al máximo esta ventana de oportunidad.
Con información de: El Financiero y Forbes